Que el poema se escriba en segunda persona («Recuérdalo tú y recuérdalo a otros»), como preferentemente sucede en este libro, corresponde a varias intenciones.
El autor se ve separado de sí mismo, como ajustando cuentas de una vida ya larga, viéndose a una distancia considerable y reflexionando sobre experiencias positivas y negativas, sobre celebraciones, culpas e ideas transferibles. Quiere conocerse y a la vez presentar el retrato más fiel posible.
Aparta su otro yo, sin narcisismo alguno pero con exigencia, para que el ser del verso participe y revele, se enajene y objetivice. Lo que el poeta dijo un día, es un vehículo de humildad, precisión lingüística e introspección ética.
Son los materiales significativos y formales con que está estructurado Por el oculto fuego, un corpus poético legible a varios niveles, filosófico y sensible, descriptivo y hasta político. Moderno, pero con resonancias rítmicas clásicas y con deliberados prosaísmos dialécticos, en la bella inspiración del siempre invocado Luis Cernuda.
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